En 1535 se emitió la Real Cédula para formalizar el establecimiento de la Casa de la Moneda de México y permitir que se pudiese acuñar de acuerdo con las leyes promulgadas para las casas de moneda de Castilla, de esa forma en 1537 comenzó la acuñación de moneda en Nueva España y al fundarse la primera casa de moneda en la Ciudad de México junto con el ayuntamiento. Hasta ese momento las monedas que llegaban a España eran muy escasas, en esta primera casa se presentaban los tejos de oro y plata para ser tasados y marcarles la ley y el valor que tenían, de tal forma que pudiesen ser usados en el mercado como moneda. En la casa de moneda se recibía el quinto real para enviarlo a la Metrópoli. A lo largo de la etapa colonial, la Casa de la Moneda de la Ciudad de México fue la única que existió y en ella se acuñó toda la plata producida en las minas Novohispanas.
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